Siempre ha existido en la sociedad, pero desde que comenzó la pandemia los casos de personas que padecen ansiedad han aumentado notoriamente sus cifras. La salud mental comienza a ser un tema que, aunque lo hace tímidamente, se despoja cada vez de más tabús y las conversaciones que giran en torno a su visibilidad y tratamiento aumentan su relevancia. Porque a la ansiedad hay que ponerle nombre y para hacerlo es fundamental identificarla.

"Se puede relacionar con el estrés, pero no es lo mismo. El estrés es una estimulación duradera del ambiente", nos cuenta Giuseppe Iandolo, psicólogo clínico-psicoterapeuta responsable de PSISE Madrid, y, detalla: "En ocasiones cuando sufrimos estrés el ambiente nos pide más de lo que podemos dar y entonces nos activamos mucho. Esta activación puede convertirse en crónica y entonces aparece la ansiedad generalizada, que se produce cuando damos más de lo que el cuerpo nos pide y empezamos a tener miedo de cualquier cosa".

¿Qué tipos de ansiedad existen?

Ansiedad primaria y ansiedad secundaria

La ansiedad se relaciona directamente con el miedo y puede dividirse en dos vertientes. Por un lado, se encuentra la ansiedad primaria que, como sentencia Giuseppe: "Se produce cuando nunca has vivido una situación traumática. Cuando tu ansiedad no guarda origen en esta experiencia".

La ansiedad secundaria, en cambio, define la situación contraria. Una persona que la padece manifiesta síntomas que ha desencadenado alguna situación traumática que le ha generado ese estado de vida en el que se encuentra.

Ansiedad fóbica

Las personas que padecen ansiedad se someten a un estado de anticipación constante, una alarma que les avisa de un peligro que perciben como inminente. Como dice el psicólogo: "La ansiedad es una reacción emocional fisiológica, psicológica y comportamental irracional. Es un miedo sin una causa real (no identificable)".

Cuando, en cambio, el origen de los síntomas se pueden identificar, hablaríamos de ansiedad fóbica, que se produce cuando existe un objeto fóbico real, pero el miedo sigue siendo irracional: "Por ejemplo, el miedo a los relámpagos o al avión, que se producen con una causa que puede suceder".

Ansiedad psíquica vs. Ansiedad somática

Giuseppe considera de especial relevancia diferenciar la ansiedad psíquica de la somática. En la primera, dice, "el sujeto sufre síntomas emocionales y mentales, como la inquietud, el miedo a morirse o a volverse loco e, incluso, puede llegar a tener alteraciones de la percepción, que se llaman despersonalización".

La persona con ansiedad psíquica puede llegar a sentir que no pertenece a su cuerpo y sentirse extraño consigo mismo y con una realidad que pone en duda constantemente. "Además, a veces llegan a diferenciar la realidad de una manera más intensa y con colores más vivos. Pueden alterar su sensación del tiempo y sentir que pasa mucho más rápido", explica el psicólogo.

Cualquier ansiedad guarda origen en el sistema cognitivo, pero la ansiedad somática se exterioriza en síntomas físicos. Se produce cuando la activación simpática prevalece frente a la parasimpática (que en estado normal –de eutemia– suele ser al contrario) y el paciente entonces comienza a notar las consecuencias, que pueden ir desde la activación cardíaca alta pasando por el aumento de la respiración o la sudoración, entre otros muchos síntomas.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de la ansiedad?

Una vez entendidas algunas de las diferentes tipologías de la ansiedad, para poder ayudar a quienes la padecen debemos identificar sus síntomas.

Los ataques de pánico son probablemente algunos de los más comentados. "En los ataques de pánico aparece el miedo a morir o a perder el control. El apogeo es a los diez minutos y su duración total es menos de una hora. El problema aquí es el miedo a padecer esta crisis", nos cuenta Giuseppe.

Además de los ataques de pánico, podemos resumir entre los síntomas de ansiedad más comunes un amplio abanico de comportamientos y pensamientos:

  • Dificultad para concentrarse.
  • Dificultad para tomar decisiones.
  • Ansiedad social.
  • Aparición de pensamientos negativos como la anticipación a peligros.
  • Incapacidad para conciliar el sueño.
  • Mordida de uñas.
  • Tensión arterial elevada.
  • Síntomas respiratorios, como el aumento de la respiración.
  • Síntomas génitos-urinarios, como la rigidez o la impotencia.
  • Síntomas del aparato digestivo, como las náuseas o los vómitos.
  • Síntomas neuromusculares, como los dolores de cabeza, la tensión muscular, hormigueos.
  • Síntomas neurovegetativos, como la sequedad de la boca o los mareos.
  • Síntomas comportamentales, como la reducción de la actividad social.
  • Claustrofobia o agorafobia.

Síntomas de la ansiedad que desconocías

Con frecuencia tendemos a considerar que la ansiedad se presenta solo en los comportamientos comúnmente más conocidos, pero Giuseppe también nos confiesa que en alguna ocasiones pueden llegar a darse otros síntomas, como el bloqueo del pensamiento: "Las personas con ansiedad pueden quedarse en blanco durante un par de semanas, con el pensamiento bloqueado completamente. Su ansiedad consiste en volver a vivir este pensamiento bloqueado. No pueden tomar decisiones, tienen miedo a tener alucinaciones y hasta sufren delirios".

Como parte además, de estos delirios y alucinaciones frutos de la ansiedad, también en ocasiones algunas personas pueden llegar a sufrir ataques de ansiedad al pensar "que estás en una cama en la que el mundo da vueltas en el universo y te mareas", cuenta el psicólogo. Una persona que padece ansiedad vive en el futuro. Una persona deprimida vive en el pasado y, como dice el psicólogo, lo aconsejable es vivir el presente. Por eso recurrir a especialistas y profesionales de la psicología es siempre la opción más acertada. Confiar en personas que traten la ansiedad y te den las claves que necesitas será fundamental para combatirla.