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En este ritmo de vida acelerado en el que estamos sumergidas, resulta muy difícil reservar un ratito para nosotras mismas cada día. Con dificultades conseguimos hacerlo y el momento de dedicarnos un ratito para llevar a cabo nuestra rutina de cuidado facial, tanto por la noche, como por el día, se convierte en un momento placentero que agradecemos haber tenido. Pero, ¿qué dirías se te dijéramos que después de todos los malabares que has hecho a lo largo de la jornada para poder tener ese momento de cuidado de la piel, puede que estés cometiendo alguno de estos errores? Tanto esfuerzo puede tirarse por la borda si no prestamos atención al orden en que aplicamos la cosmética.
Actualmente disponemos de una infinidad de productos con objetivos muy especializados o para tratar problemáticas concretas. Estos se añaden al cuidado básico que consiste en contorno de ojos y crema hidratante, pero, ¿sabes si el resto de productos se ponen antes o después? Comencemos por el principio.
¿En qué orden debemos aplicar nuestros productos cosméticos?
El limpiador facial
Lo primero de todo es una buena limpieza facial –y si puede ser con agua fría mejor–, esta es la base del skincare, ya que si no retiramos la grasita que acumula la piel, los restos de maquillaje y la suciedad, todo ello obstruirá los poros y los productos que pongamos posteriormente, no actuarán de la forma correcta. En el mercado existen multitud de formatos para este primer paso, desde la tradicional leche desmaquillante, hasta las espumas, pasando por los bálsamos limpiadores, una formula que sentirán especialmente confortable las pieles secas o deshidratadas.
El tónico
Tras la limpieza tenemos el rostro despejado de todo cosmético, pero también podemos notar una sensación de tirantez, debido a que la piel requiere hidratación. Es el momento de aplicar el tónico, este producto ultima los detalles de la limpieza anterior a la vez que reequilibra la película hidrolípica. Puedes aplicarlo dando pequeños toquecitos con un disco de algodón o tela.
El sérum
Ahora es el momento de aportar a la dermis toda esa hidratación que nos está pidiendo a gritos. En primer lugar se deben aplicar las esencias o sérums, son productos con altas concentraciones de activos que refuerzan una determinada acción en nuestro cuidado facial. Pueden estar enfocados a luchar contra el envejecimiento, a aportar luminosidad o a equilibrar la piel grasa, entre otros.
El contorno de ojos
Llega el momento de descongestionar el contorno de los ojos. La piel de esta zona es mucho más fina que la del resto del rostro, por esto es importante tratarla con un producto específico y luchas eficazmente contra la aparición de arrugas y contra la sequedad. Puedes encontrar varios formatos en el mercado, desde el tradicional tarrito de cristal, a los que vienen preparados con un aplicador en forma de bola metálica para refrescar la zona durante el tratamiento. Si lo vas a poner con los dedos, se aplica con el dedo anular, que es el que tiene menos fuerza, con movimientos contrarios a las agujas del reloj.
La crema hidratante
Tras este importante paso le toca el turno a la crema hidratante, que es el centro de cada rutina de belleza facial. Hay que buscar una adecuada al momento por el que está pasando tu piel en cada etapa: sequedad, arrugas, falta de luminosidad. También cabe apuntar que se debe poner en la cantidad justa –equivalente a un garbanzo– y tener claro que no por poner más, el producto hará su función más rápido.
La protección solar
Para finalizar, en el cuidado de día añadiremos la protección solar, un paso imprescindible para evitar los daños solares sobre la piel. Recuerda que esta se debe poner a diario, también en los días que no haga sol. Y es importante reaplicar cada dos horas, para esto son muy útiles los formatos de protector solar en formato espray.
¿Qué orden debemos seguir para aplicar el maquillaje?
Si queremos continuar la rutina con el maquillaje, tras dejar absorber el protector solar, tocaría aplicar el primer o la prebase, un producto que trata de intensificar alguna de las características de la base, ya sea un efecto jugoso, uno de los más buscados en la actualidad o, por el contrario, un efecto mate. Después vendría el turno de la base de maquillaje, seguido de coloretes en crema, iluminadores y bronceadores líquidos y por último todos los productos en polvo. Para finalizar y sellar se puede usar una bruma de acabado.