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Hasta diez horas de maquillaje intacto promete esta técnica venida desde Corea llamada piel blindada. La fijación por mantener el beauty look impoluto durante horas y horas ha llevado a los fanáticos del maquillaje a experimentar con diferentes métodos, hasta dar con esta forma de aplicar los productos que promete prolongar su duración sobre el rostro con una apariencia muy similar a cuando nos acabamos de maquillar.

¿En qué consiste la técnica de la piel blindada?

No es un ritual pensado para hacer todos los días, pues requiere una inversión de tiempo que probablemente no podrás hacer a diario. Sin embargo, se convierte en una opción a tener muy en cuenta en ocasiones especiales, cuando quieres un maquillaje a prueba de todo tipo de circunstancias, ya que resiste el sudor, el agua y prácticamente cualquier cosa a la que tenga que hacer frente un maquillaje.

La técnica de la piel blindada o maquillaje blindado, como también se llama, consiste básicamente en sellar cada producto que se pone en el rostro para asegura una mayor adherencia a la piel –por ejemplo, con polvos de arroz–. Pero esto ha provocado que los profesionales del sector se dividan, ya que algunos opinan que es un resultado excesivo, en cuanto a cantidad de producto como a resultado.

Piel blindada: paso a paso para conseguirla

Paso 1. Limpiarse la piel

El primer paso es lavar la cara con se haría habitualmente y aplicar un tónico. Tras dejarlos absorber, se procede a la hidratación del rostro para no perder luminosidad. Si ya se ha realizado la rutina completa, bastaría con poner crema hidratante.

Paso 2. La base de maquillaje

Ahora debemos escoger una base de alta cobertura. En el caso de no disponer de una, valdría también un producto con cobertura modulable. En este caso se deben aplicar dos capas. Para este look subiremos el fondo de maquillaje también por la zona de la ojera.

Paso 3. La aplicación del corrector

Después, pondremos un corrector de alta cobertura en ojeras, deslizándolo hasta la mejilla, en el centro de la nariz y en la barbilla. Debemos difuminar este producto, para integrarlo, con una esponja húmeda. El producto que nos queda en la esponja lo pondremos sobre la frente para iluminar.

Paso 4. El contorno

Es el momento del contorno. Escogeremos uno en crema o líquido y lo recomendable es seleccionar una fórmula que no seque demasiado rápido para poder trabajarla. Otra vez lo difuminaremos con la esponja húmeda.

Sin tocar la parte del corrector, que todavía sigue húmeda, sellaremos el contorno con un producto en polvo. Ten en cuenta que la piel en esta zona está húmeda, para no estropear el producto puesto anteriormente y no crear parches, aplica el polvo a pequeños toques y sin arrastrar.

Paso 5. Aplica el colorete, el iluminador y un atomizador fijador

Ahora aplica el colorete en polvo con una brocha lo suficientemente precisa para que puedas ponerlo solo en la zona de las manzanas. Aprovecha que el rostro sigue húmedo para aplicar el iluminador en polvo sobre el hueso del pómulo, la nariz y la barbilla. En este punto viene el paso clave: debes aplicar un atomizador fijador por todo el rostro en gran cantidad, hasta que notes la cara completamente mojada.

Paso 6. Sella el corrector

Tras esto, con la cara húmeda, sellarás el corrector con polvo con una brocha de tamaño medio. Tras este paso quitarás el exceso de polvo. Ahora debes volver a sellar con fijados, pero disminuyendo la cantidad de producto. Vuelve a fijar con polvo traslúcido por todo el rostro, utilizando una brocha de pelo abierto. Por último, vuelve a aplicar fijador, pero esta vez, en una cantidad normal. Deja secar y ¡ya lo tienes!