Son muchos los factores que influyen para que la piel luzca lo mejor posible. Aunque siempre tenemos en cuenta la importancia de un buen ritual de cuidado facial, el uso de cosméticos adecuados a sus necesidades y rutinas como beber agua de manera abundante para mantener la piel hidratada, no siempre son suficiente para evitar problemas como el acné y las impurezas. Las últimas investigaciones en torno a los problemas de la piel apuntan a que esta mantiene una estrecha relación con el microbioma intestinal.

Los dos órganos están conectados a través del eje intestino-piel. Quizá el ejemplo más conocido para demostrar esta relación es una mayor tendencia a que aparezcan granos cuando tomamos alimentos azucarados o grasos, pero también las bacterias intestinales se encargan de la producción del butirato, un ácido graso con efectos positivos para la piel. A su vez, la vitamina D se forma en la piel cuando está expuesta al sol y afecta al estado del microbioma intestinal.

Por eso es importante poner el foco en la salud intestinal y procurar que la digestión de los alimentos sea correcta y las bacterias del intestino tengan el equilibrio necesario. La farmacéutica Plamena Dikarlo, directora de investigación y desarrollo en BIOMES, explica una serie de consejos que debemos tener en cuenta dentro de nuestra dieta para mejorar la digestión y, de esta manera, beneficiar a la piel.

Cómo prevenir el acné y las impurezas mediante la alimentación

Incluye especias en la dieta

Aunque a veces tengamos la sensación de que un plato no está completo sin una pizca de sal, evitarla es posible y saludable. Para potenciar el sabor de los platos, la mejor alternativa son las especias, pues muchas de ellas, como la pimienta negra, la pimienta de cayena, la canela, el jengibre, el orégano, el romero y la cúrcuma fomentan las bacterias intestinales beneficiosas.

Presta atención a la cantidad de carne

Consumir carne en exceso puede alterar la proporción de los ácidos grasos omega-3 y omega-6 y aumentar la propensión a inflamaciones en el cuerpo. El pescado es una buena alternativa, ya que es rico en ácidos grasos omega-3 e hidrata la piel. Un estilo de vida vegetariano también es beneficioso para un microbioma fortalecido y una piel sana.

Incluye la fibra en tu dieta

Cereales integrales, legumbres, frutas, verduras y frutos secos son la clave para estructurar una dieta sana y equilibrada. Todos ellos son alimentos beneficiosos para la digestión.

No te olvides de los micronutrientes

Las frutas y las verduras son fundamentales por su contenido en nutrientes y, por tanto, cruciales para la salud de la piel, el cabello y las uñas. Destacan los polifenoles: se encuentran en verduras y frutas como las aceitunas o las uvas y ayudan a fortalecer a los vasos sanguíneos y a la piel. Además, promueven la diversidad del microbioma intestinal. Por otra parte, la vitamina C contribuye a la formación de colágeno, un componente importante para el correcto funcionamiento de la piel. Un batido a base de naranjas y hojas de col rizada, por ejemplo, puede proporcionar un auténtico chute de vitamina C.

La actividad física: otro 'nutriente' esencial

El ejercicio físico también tiene efectos positivos sobre la piel. Aparte de respaldar un microbioma intestinal saludable, practicar ejercicio promueve la circulación sanguínea y, por tanto, ayuda a que los nutrientes importantes lleguen a la piel.

Los estudios también demuestran que los compuestos probióticos ayudan a restablecer el equilibrio de las bacterias intestinales y así a mejorar notablemente el estado de la piel, pero siempre es necesario recurrir a ellos siguiendo los consejos de un médico y tras un análisis del ADN de las bacterias intestinales, pues un exceso de una determinada cepa de bacterias puede tener un efecto adverso.

Siguiendo todas estas pautas, es posible notar una mejora en el aspecto de la piel, previniendo el acné y las antiestéticas impurezas, y experimentar digestiones menos pesadas que también te harán sentirte con más energía.