Hace meses que la psicocosmética resuena con fuerza dentro del terreno beauty, sobre todo en las redes sociales, donde cada vez es mayor el número de adeptas que reúne. Pero las dudas en torno a este término, incluso entre expertos, tan solo aumentan. ¿Sabemos en realidad qué es la psicocosmética?

Tradicionalmente, la cosmética ha estado orientada por un lado a la salud, donde bien podríamos señalar todo lo relacionado con el cuidado de la piel o el cuidado capilar, y por el otro lo meramente estético, donde englobamos el maquillaje y todos los productos de su alrededor. Sin embargo esta nueva tendencia, conocida como de neurocosmética o psicocosmética, no solo afirma lo mencionado con anterioridad sino que añade que la cosmética también puede contribuir a la salud física y a la salud mental.

¿Qué es la psicocosmética?

Aunque la cosmética siempre se ha centrado en dos aspectos principales como lo son la salud y la estética del cabello y de la piel, la psicocosmética contempla un tercer elemento vinculado a las emociones. "De acuerdo a esta tendencia, los productos cosméticos también pueden causar una sensación de bienestar que impacta de forma positiva en la salud mental. Esto, partiendo de la idea de que pueden generar una reacción emocional, capaz de estimular la segregación de hormonas y mejorar la conexión entre la piel y el cerebro", cuentan los expertos de Muy Salud.

Por ello, quienes defienden esta idea mantienen que el uso de según que fórmulas a la hora de llevar a cabo la puesta en marcha del producto –olores, colores o texturas, todo ello con ingredientes naturales–, influyen en nuestros sentidos y consiguen un efecto no solo en la piel sino también en el estado de ánimo.

¿Qué opinan los psicólogos sobre la psicocosmética?

Los cosméticos de calidad siempre han servido para proporcionar una experiencia psicológica positiva y satisfactoria, lo que haría indicar que este pensamiento (tan asociado a esta corriente) no sería novedoso, mucho menos sorprendente. Así lo afirma el equipo de psicólogos de la aplicación ifeel que aseguran que ahora es cuando han querido poner el foco sobre la psicocosmética pero que es una filosofía implantada hace miles de años.

No confundir la felicidad con el placer del alivio y el autocuidado

    A pesar de que los cosméticos de calidad pueden cumplir sus funciones básicas, sea aportar firmeza, reducir los signos de la edad o evitar imperfecciones, no son milagrosos. Este punto es el que buscan resaltar los expertos con el objetivo de no confundir al público. "Aunque nos apliquemos los cosméticos más psico, más neuro y más smart que la industria pueda fabricar la realidad es que, con un poco de suerte, vamos a envejecer como todo el mundo", resaltan.

    "No podemos pretender que por el hecho de hidratar, regenerar, maquillar nuestro cuerpo (o lo que sea que haga el producto en cuestión) eso vaya a generarnos emociones ya más elaboradas, complejas, profundas o duraderas", explica Rafael San Román, psicólogo de ifeel. El grupo de expertos habla de algo más complejo que no es posible, o al menos así está comprobado, que ningún producto pueda lograr. "Las emociones positivas son más profundas y complejas: orgullo, alegría, gratitud, flow, emociones estéticas (como las que nos proporcionan las obras de arte), saboreo (revivir las experiencias positivas que hemos tenido), etc. Estas emociones no las proporciona un cosmético, ni un tratamiento de belleza, por muy bueno y continuado que sea", explican.

    Tampoco podemos hablar de una relación con nuestra satisfacción personal o motivación

      "Si tienes la autoestima baja o dañada porque tu piel está seca o deshidratada o porque tienes manchitas entonces tu autoestima va a mejorar si cuidas tu piel con los productos adecuados; pero si tu autoestima no tiene que ver con el estado de tu piel entonces es bueno que la cuides con los productos adecuados, pero sabiendo que tu satisfacción contigo mismo y tu falta de seguridad y motivación no van a mejorar significativamente por muchos psicocosméticos que te apliques”, explican los expertos. “Esos productos pueden hacer que tu piel esté sana, brillante o bonita, pero eso no es desarrollo personal en el sentido profundo del término”, resaltan.

      El boom tras la Covid-19

      Es innegable que la psicocosmética ha ido cobrando fuerza a raíz de la pandemia –las emociones negativas han ido aumentando en estos últimos años y la "posibilidad" de lograr dar un giro a nuestra salud mental ha despertado el interés en la población–. La idea de otorgarnos una sensación de bienestar, de la propia felicidad, o de emociones positivas en un ámbito más general al usar según que productos cosméticos.