Cualquiera que tenga redes sociales, o cualquier viajero al que las cookies de Internet le hayan perseguido el rastro, se habrá topado alguna vez con una de las imágenes más impactantes de uno de los horizontes más bellos del mundo, el de Capadocia. Aunque la fotografía más común es la panorámica que abarca los centenares de globos que vuelan sobre el paisaje rocoso que forman esta región, allí, se retrate lo que se retrate todo es digno de ensueño. Pisar este terreno turco, a hora y media de Estambul en vuelo, resulta una experiencia de las que no se olvidan, una de esas de las que presumir una vez, y volver a hacerlo siempre. Y es que más allá de esa obra de arte que se ve nada más aproximarse en avión, en Capadocia conviven cuevas, museos, tiendas locales y una historia que la posiciona como un enclave donde quedarse, al menos, tres días. Y siempre parecen pocos.

Capadocia es famosa por muchas cosas, pero dos son las actividades que principalmente conocemos todos de manera mainstream. Por un lado, la posibilidad que nos ofrece de visitar y explorar los túneles de sus ciudades subterráneas -como Kaymaklı y Derinkuyu- que servían como refugios durante los tiempos de invasión. Por otro, esa experiencia a la que ni siquiera los que tienen vértigo pueden renunciar, el paseo en globo aerostático. La mejor hora para hacerlo es de madrugada, antes de que se ponga el sol. Merece la pena, pues no hay mejor manera de apreciar la belleza de Capadocia que flotando sobre ella, volando, a veces casi a ras, de sus chimeneas rocosas. Viendo a un lado un horizonte rojo bañado con el anaranjado del cielo a esa hora, decorado por el resto de globos que viajan al mismo tiempo. Dependiendo de la compañía con la que vueles, y de la oferta que escojas, incluso podrás disfrutar de una copa de champán desde, literal, el cielo...o brindar por conseguir el diploma después. Y si quieres una anécdota todavía más especial, reserva tu viaje durante el El Festival Internacional de Globos Aerostáticos de Capadocia.

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Sebastian Condrea//Getty Images

Para los más aventureros, los recorridos en quad por el paisaje lunar de Capadocia ofrecen una emoción inigualable, pero un transfer basta para ir parando de mirador en mirador, descansar y fotografiar alguno de sus valles (apunta: Pigeon, el de Pasabag, el de Devrent, y el Love como algunos de los indispensables), o caminar por el castillo de Uchisar; entre las muchas posibilidades que ofrece la región, que está formada por varias ciudades.

Cuando comer también es un lujo

Explorando las azoteas

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Eso sí, saborear la cocina local en un restaurante de cuevas y probar platos como el "testi kebab", cocido en una jarra de cerámica, es algo que hacer sí o sí para poder tachar bien Capadoccia de tu lista de viajes. Sin embargo, a pesar de encontrarte con algunos negocios locales que te abren sus puertas para que comas como en una casa capadocia, hay restaurantes como el Li'la o el Revitha que bien merecen el capricho. No solo no olvidarás su comida, sino que el entorno y las maravillosas vistas desde los exclusivos hoteles en los que se asientan son inigualables.

Para una experiencia más informal, pero incluso más tradicional, Gülor Wine House requiere una visita. Como su nombre indica, es una boutique de vino donde, efectivamente, sí, puedes comprar algunas botellas de vino local, pero también primero antes de elegir cuál te quieres llevar contigo, puedes disfrutar de una gran cata de vinos detallada y explicada por su personal, acompañada también de un menú de tapas donde comprobarás el porqué existe gran fama alrededor de la uva local.

Dónde dormir en Capadocia

Soñar en una cueva


Todo en Capadocia parece mágico, pero si buscas elevar la experiencia a otro nivel, descansar en el hotel Yunak Evleri es sinónimo de éxito. Entrar en él es trasladarse de repente a una película en la que el lujo de sus instalaciones se conjugan en una armonía perfecta con el paisaje rocoso, dejando entrever pequeñas e íntimas piscinas de agua azul clara entre sus habitaciones cueva, clavadas por los cristianos allá por los siglos VI y VI, decoradas con muebles de la época otomana, kilims tradicionales, y bordados artesanos. En él no encontrarás una habitación igual a otra, pues por su estructura parece imposible. Aunque alrededor de todo el complejo sí que te podrás conectar, dentro de algunas de sus estancias no encontrarás WiFi, por lo que resulta un reducto espectacular tanto para descansar, como para escaparse unos días y hasta escribir una novela. Desde luego que no existe mejor paisaje para hacerlo.

En Yunak Evleri las noches son animadas. Su espectacular terraza, con vistas a todo Ürgüp, se antoja como la excusa perfecta para cenar a la luz de las bombillas. Hay días que este alojamiento sube un escalón y, además, cuenta con sesiones de Dj y música exclusivas para los residentes de sus 40 habitaciones cueva.

Qué hacer en Capadocia

Festín de cerámica

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minemero//Getty Images

El arte de la cerámica en Capadoccia se remonta a siglos atrás. En toda la región todavía se conversa la magia de la creación de piezas que reflejan su herencia cultural, y terminan de completar la belleza del paisaje mimetizándose en sintonía, con los colores, de la zona. Y, lo mejor, es que nos permiten ver cómo las realizan. Organizar una visita a una de las alfarerías donde las fabrican y venden es una experiencia bonita que te permite, incluso, dar tus primeros inicios en ese universo, y seguir los pasos de los expertos para aprender a crear las tuyas. Lo harás de la manera más tradicional: con el bobinado, o lo que es lo mismo, la construcción a mano; o con la rueda de Potter, imitando los pasos del alfarero al volante, y dando forma a cada pieza.

Museos al aire libre

La arquitectura de Capadocia es una delicia que sorprende a cualquiera, pero su historia debe mérito a la riqueza cultural de la que siempre disfrutó. Fue residencia de persas, romanos, árabes, bizantinos, cristianos, selyúcifas, otomanos y ahora es de turcos. No es fácil conocer bien su historia hasta que no se pisa. Y, para hacerlo, pocos planes resultan mejores que visitar sus museos al aire libre. Uno de los más nuevos es el Capadocia Cultural Center, capitaneado por la diseñadora Simay Bülbül y su marido.

Se trata de un centro de arte contemporáneo y cultura que cuenta con 100 obras y piezas de 24 artistas diferentes (locales e internacionales) que relatan la historia de la región, desde uno de sus enclaves más armoniosos y bellos. Además, incluso cuenta con una bonita biblioteca plena de información arqueológica e histórica donde encontrar cualquier relativa a la región. Otro detalle: te enamorarás de su terraza para tomar algo, y del atardecer que divisarás desde allí.

Otro de los planes que no deberían faltar nunca en una escapada a Capadocia es la visita al Goreme Open Air Museum. Es otro de los museos al aire libre de la región donde encontrarás iglesias -no como las que estás imaginando- dentro de cuevas que fueron excavadas y talladas por los monjes ortodoxos medievales cristianos en un terreno volcánico. Aunque algunas se borraron por el desgaste del paso del tiempo, muchas de ellas cuentan son impresionantes frescos bizantinos bien conservados. Los monjes ortodoxos medievales cristianos (1000-1200 d.C.) tallaron las cuevas de la suave piedra volcánica y las decoraron con elaborados frescos bizantinos. A pesar de que querrás hacerlo, te avisamos... No permiten fotografiar muchas de ellas en su interior, pero no te preocupes, porque el recuerdo quedará en tu retina de por vida.