Semirecogido alto, el capricho de las 'celebrities'
En un mundo donde algunas pasan horas para conseguir el moño más desintencionado del universo, el moño alto dejando el pelo suelto es la opción más estilosa y cómoda de la semana. Sienna Miller, Kate Mara o Candice Swanepoel ya lo han probado.
Sabia y astuta es la industria de la belleza. Capaz de hacer que amemos peinados que habíamos enterrado en las fotografías de tiempos pasados, es casi más capaz de la moda que reinventar cualquier estilo hasta la saciedad y que resulte nuevo e igual de apetecible que las otras 294.498.316 veces que lo probaste cuando te autoconsiderabas más valiente que ahora. Ocurría hace unos meses con el tupé mullet: el antiestético peinado ochentero 'corto por delante y largo por detrás' aparecía en la pasarela y la reacción popular era predecible: ¿de verdad había que volver a creerse David Bowie a estas alturas? ¿Era necesario recurrir a un peinado que hoy casi nos recuerda más a lo que seguiría llevando un adolescente medio del extrarradio de cualquier ciudad alemana?
Sin embargo, en cuestión de semanas –Edie Campbell en Lanvin mediante– ya era citado por algunas revistas femeninas como 'el peinado que amarás'. Que total, eso ya lo decide cada una, pero la cuestión era meter el gusanillo del riesgo en la querencia de tu pelo. Claro, cuando mujeres überveneradas y prescriptoras como Taylor Swift comienzan a lucirlo, todo el discurso se globaliza y sí, ese imperativo a amar cobra realismo definitivo. Y así, con cada exquisita locura que Guido Palau, Oribe o cualquier otro gurú de la belleza quieran colarnos.
Entre tanta marabunta no conviene usarlos todos, pero si hay uno que se ha antojado predilecto y merece la pena revisar es ese moño alto que acoge tan solo una porción minúscula del cabello, conocido en Estados Unidos como el half-up top knot o half bun. En cristiano, semirecogido de moño alto. Germinó por primera vez en el desfile que las hermanas Mulleavy orquestaron para Rodarte en otoño de 2013, y cobraba una gracia especial en el caso de Chloe Nørgaard con su melena multicolor enredada en un minirecogido trenzado trasero. Después llegaron musas de la docurrealidad americana como Whitney Port o Lauren Conrad, luego actrices como Kate Mara o Sienna Miller y por último, Candice Swanepoel. Con ella, por razones obvias, la tendencia pasa a ser merecedora de consideración. ¿Cómo conseguirlo sin que parezca que hemos salido de la cama con el peor de los despeinados?
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