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Las tendencias van moldeando con el paso de los años distintos cánones de belleza. Mientras que en décadas pasadas se consideraba el epítome de belleza una cara redonda y poco definida, en la actualidad, los rostros con facciones marcadas, sobre todo la línea de la mandíbula y los pómulos, son lo más deseado.
Tener naturalmente unos pómulos definidos queda en manos de la genética, pero si en nuestro caso, los genes no han jugado a favor, existen infinidad de recursos con los que conseguir ese rostro definido de prominentes pómulos que lucen modelos como Bella Hadid y actrices como Cameron Diaz. Dependiendo de los resultados que busques y la inversión que quieras realizar debes decantarte por una u otra opción. Pero primero, siéntate y lee atentamente todas las herramientas que se despliegan a tu disposición.
3 pautas para conseguir unos pómulos más definidos
Maquillaje para pómulos
Es el recurso que está al alcance de cualquiera y lo más recomendable cuando no quieres modificar tu rostro de manera definitiva. La parte negativa es que para beneficiarte de sus efectos tendrás que reaplicarlo cada vez que quieras definir tus pómulos. Un técnica que usan los expertos es jugar con la iluminación y la oscuridad. Para ello, primero hidratan en profundidad el rostro aplicando un sérum facial y una crema facial hidratante.
A continuación debemos aplicar los polvos bronceadores. Es importante donde impactamos con el primer toque para que la aplicación quede lo más natural posible. Para ello, debes tomar como referencia el hueso del pómulo y poner ahí la mayor cantidad de producto. Luego es importante difuminar hacia arriba para evitar la sensación de flacidez. Si has utilizado un producto en crema, puedes poner uno en polvo sobre él, para sellar el primero y que dure más. Ahora aplica colorete en crema en la zona más alta de las manzanas de las mejillas, evitando que el color baje demasiado. Termina con puntos de iluminador en la zona más alta del hueso, por encima de los polvos bronceadores.
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Infiltraciones faciales
Las infiltraciones faciales son el descubrimiento estético de esta era y también ofrecen una solución, más permanente que el maquillaje, para esculpir los pómulos. Suelen durar entre seis meses y dos años, dependiendo del estado previo de la piel del rostro. Para este propósito se usa tanto ácido hialurónico como otro tipo de rellenos como Sculptra y Radiesse. Por esto, es importante acudir a una consulta previa con el profesional, para que valore tu caso y el tipo de infiltraciones que mejor se adaptan a tu rostro.
El procedimiento suele tener una duración de 30 minutos y los resultados son inmediatos –excepto con Sculptra, que requiere varias sesiones para notar sus efectos–. Como efectos inmediatos, es posible que tras el tratamiento la zona se enrojezca, se hinche o incluso aparezcan moratones, pero en cuestión de un par de días todo esto debe desaparecer. Los efectos secundarios permanentes son menos habituales, pero pueden ser granulomas o nódulos, infección o asimetrías en el resultado.
'Lifting' mediofacial
Cuando se trata de una piel madura que ya ha sufrido los efectos de la flacidez, no basta con aplica rellenos, hay que hacer una recolocación previa de los tejidos. Este procedimiento trata de resolver la pérdida de volumen y el descenso de las mejillas. Durante la intervención, el tejido del pómulo se reposiciona y se devuelve a su lugar original. Es un procedimiento que se puede realizar de manera endoscópica, a través de incisiones en el cuero cabelludo, o a través de las incisiones tradicionales junto a la oreja. La intervención suele durar unas dos horas, aunque también es posible combinarla con otras con el objetivo de obtener un rejuvenecimiento total en el rostro.
