Es lo típico que quieres, pero no puedes. ¿Por qué? No lo sabes, pero eso de llevar en la piel un tatuaje que sabes que jamás se borrará te da más miedo que la frase "¿quieres casarte conmigo?" o "vivamos juntos". Tranquila, no estás sola. De hecho, las neoyorquinas ya están intentando lidiar con el afraid of commitment (miedo al compromiso) comenzando por sus propios cuerpos. Sí, porque si no puedes comprometerte contigo misma, ¿Cómo hacerlo con otra persona?

Los tatuajes efímeros están corriendo como la pólvora en el barrio de Williamsburg en Brooklyn, Nueva York. Y no, no son nada nuevo. De hecho, son los tatuajes temporales que vuelven a la carga después de que su auge decayera allá por los 2000. No mentimos. Estos llamados tatuajes efímeros se llaman así porque desaparecen con el paso del tiempo. En año y medio ya no quedará rastro de la que un día fue una divertida locura que por fin te arriesgaste a realizar.

Pero no solo es el concepto de tatuar nuestra piel (sin miedo a que cambiemos de opinión) lo que se desprende de esta tendencia. "Hay gente que huye del compromiso. No le gusta estar atado a nada ni a nadie y necesita saber que las cosas llegarán a un final o que cambiarán", asegura uno de los dueños de uno de los estudios de tatuajes más famosos de Brooklyn realizando esta tendencia cuyo lema es Made to fade (hecho para desvanecer).

La tinta con la que se realizan estos diseños es biodegradable y reabsorbible, sus componentes son no tóxicos y está aprobada por dermatólogos, aseguran desde Ephemeral Tattoos.

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Es por ello que estos ephemeral tattoos están tan de moda. Desaparecerán a los 15 meses y su precio va desde los 80 euros a los 200 euros. Una inversión pequeña, si tenemos en cuenta el coste de un tatuaje permanente. Así pues, las neoyorquinas lo tienen claro: en el amor y en la tinta necesitan un período de prueba 'bueno, bonito y barato'.