El mundo de la belleza a menudo nos trae términos que merecen ser explicados al detalle. Para prueba el skin fasting o, como traduciríamos correctamente al español, ayuno cosmético.

Para que nos entendamos, sería un tipo de ayuno intermitente de la piel. Es decir, dejar de aplicar determinados productos cosméticos para dejar el rostro limpio. Sin embargo, parece que esta práctica, que se está extendiendo como toda una tendencia viral, no resulta tan buena ni eficaz como se piensa.

A continuación analizaremos las consecuencias de esta teoría y cómo hacerlo correctamente para que tu piel siga resplandeciente y no le falte ningún nutriente. Pero antes, descubramos más acerca del ayuno cosmético.

¿Qué es el ayuno cosmético?

El ayuno cosmético consiste en reducir al máximo o, incluso, eliminar cualquier producto cosmético durante un periodo de tiempo determinado para que la piel descanse.

Es decir, dejarla limpia y minimizar la rutina facial. Sin embargo, y tal y como indican los especialistas en cuidado de la piel, esta no es una práctica aconsejable. Al menos no sin consultar a un experto. Algo que ocurre con cualquier tipo de ayuno que se practique.

Esta especie de ayuno intermitente de la piel se centra, sobre todo, en dejar de utilizar ciertos ácidos. “Los ácidos en cosmética actúan para disolver los enlaces (desmosomas) que mantienen la piel opaca y muerta en la superficie para desencadenar y acelerar la regeneración celular para mostrar una piel más luminosa y de textura refinada. Es importante dar con el ácido que más le puede beneficiar a tu piel porque no todos los ácidos trabajan del mismo modo, y, a su vez, si los ácidos están bien prescritos, evitaremos dañar o irritar el tejido. Es decir, si a una piel sensible se le ha prescrito un ácido glicólico, es posible que le irrite, pero no debería ocurrir porque a este tipo de pieles, por poner un ejemplo, le recomendaríamos un polihoxiácido, como la gluconolactona o el ácido lactobiónico. A una piel que no se irrite, un ácido glicólico o un ácido salicílico no le deberían irritar, pero, en todos los casos, siempre se recomienda un periodo de adaptación con los ácidos”, nos cuenta Ana Yuste, directora técnica de Aromatherapy Associates.

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Natalia Abellán, directora técnica de Ambar, también nos habla acerca de este componente de los cosméticos: “Dentro de ellos podemos encontrar: los alphahidroxiácidos, (AHAs), donde destaca el ácido glicólico, capaz de estimular la síntesis de colágeno de molécula pequeña y fácil penetración, muy eficaz con las pieles envejecidas, conocido por su capacidad para exfoliar la piel y abordar diferentes aspectos, como la hiperpigmentación o el foto envejecimiento; betahidroxiácidos, conocidos por el famoso ácido salicílico, es un activo que, debido a su solubilidad en lípidos (le atrae la grasa), es eficaz eliminando las células muertas de la superficie porque su molécula es más grande y penetra más lentamente y a nivel más superficial; por último encontramos los polihidroxiácidos, grandes moléculas que penetran lentamente en la piel, por lo tanto, son ideales para exfoliar las pieles más sensibles”.

En definitiva, si los ácidos están bien prescritos, la piel no sufre ningún daño, sino al contrario.

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¿Se debe hacer ayuno cosmético?

“El ayuno cosmético realmente no es bueno. Igual que cuando te tiñes el pelo y luego dejas de hacerlo, al final, acaban apareciendo la raíz de tu color natural, con la piel pasa lo mismo: si no le das a la piel de manera continuada lo que necesita para trabajar adecuadamente, el día que no se lo das estás frenando ese proceso de hidratación, de regeneración… Sin embargo, el Dr. Nicholas Perricone siempre ha dicho que un día a la semana (y ni uno más) solo te apliques tu crema hidratante y así consigues que la piel trabaje por sí misma pero no es el tiempo suficiente como para que pierda los beneficios de los cosméticos que le has aplicado los otros seis días de la semana”, afirma Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.

Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour, también apoya esta teoría de no eliminar los ácidos de la rutina: “En el caso de los ácidos, si los usamos en forma de mascarilla, siempre son de uso esporádico; si, por el contrario, se hace con un tónico, lo aplicaremos a diario. En el caso de que estemos usando un tónico con ácidos, no estaríamos haciendo ayuno cosmético como tal porque lleva en la fórmula la carga exacta para que se pueda hacer un tratamiento de manera continuada. Si paramos, rompemos el proceso de renovación de la piel, la estaríamos rompiendo y sería contraproducente”.

“Los expertos se suelen llevar las manos a la cabeza cuando se defienden propuestas como la del ayuno cosmético porque lo único que suelen provocar es que no se puedan ver todos los beneficios que un cosmético puede aportarnos al no conseguir todos sus efectos por no usarlo de manera habitual”, cuenta Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.

¿Cuándo hacer ayuno cosmético?

“Sin embargo, el ayuno puede ser útil en algunos casos muy concretos. Por ejemplo, en determinadas pieles más sensibilizadas, es beneficioso que determinados principios activos se usen de forma espaciada, ya sea porque esa piel no los admite de manera continuada o porque sigamos un proceso de asimilación para que el tejido se acostumbre a ese activo. Esto suele ocurrir, por ejemplo, con los retinoides, alfahidroxiácidos, betahidroxiácidos o ciertas formas de vitamina C”, afirma Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.

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