Algo está pasando en Instagram últimamente. El mundo se está cansando poco a poco, en un goteo incesante de actos aparentemente poco importantes pero significativos, de vivir en una performance 24/7. No son pocos los nombres que en los últimos días están “despidiéndose” de sus seguidores alegando que necesitan desconectar. Que la vida en las redes es difícil. La exposición constante y el juicio sin filtros es agotador. Dulceida, entre las últimas pero no la única.
Una versión suavizada de que vivir en un teatro constante está siendo ya parte de pasado está en quienes optan por no desaparecer, pero aparecer mucho mas natural e improvisada. Aparecer como la vida misma. Y que nombres como Chiara Ferragni den el paso, es importante.
La naturalidad, mostrarse sin filtros, sin maquillaje, con lo que hemos llamado “imperfecciones”, es hoy en día un acto de valentía. Y es gracioso: esas imperfecciones no son más que los detalles que nos constituyen y nos hacen únicos. Las redes sociales han inventado un pudor 2.0 que hace que mostrarse como uno es, sea atrevido. Y resulta demoledor que, que una persona se muestre natural, despierte interés en los demás. Ser natural, hoy en día, es la novedad.
Efectivamente, todo agota. También las redes. En el fondo, todos desearíamos que las redes sociales desaparecieran un tiempo y volviéramos a lo básico. Chiara Ferragni también. En su última publicación, la italiana ha mostrado su parte más natural. Más sencilla. Más básica. Sin filtros, sin maquillaje, sin peinar, con su pelo natural y rizado. La Chiara que está fuera de las redes, solo que ahora en una publicación que en poco más de 20 minutos ya ha alcanzado mas de 130 likes. Y de nuevo, lo cuestionable: medir el triunfo de las cosas en likes.
De momento, gracias Chiara, por tu naturalidad. Por demostrar que el acting no es siempre necesario para que algo triunfe.
