"A los 80, ¿todavía tenemos que llevar bragas con lacitos?, se preguntaba hace unos años la ilustradora Julie Guillot en una de sus elocuentes viñetas. Y añadía: "Estás condenada a llevar las mismas bragas que cuando tenías cuatro años". Su reflexión resulta más vigente que nunca al repasar las últimas propuestas de ropa interior de las firmas de moda. La nueva colección de Zara, por ejemplo, está llena de bragas, camisetas interiores y bodies confeccionados en algodón blanco repletos de los calados propios de la ropa interior de la infancia. El gigante de Inditex, que hace unos meses lanzó una primera remesa y ahora insiste con más camisetas y conjuntos, no está solo en su intención de recuperar el punto pointelle con el que se confeccionan estas prendas: la marca francesa Rouje o el gigante sueco Arket también abogan por la ropa interior blanca con reminiscencias a la que usábamos en el pasado.
Toparnos con estas prendas abre, sin duda, debate. Por un lado, su regreso se explica desde dos corrientes que rigen el rumbo actual de la moda: la nostalgia y la comodidad. Pocas cosas nos retrotraen tanto al pasado como toparnos con la camiseta blanca con calados que llevábamos bajo el chándal del colegio y pocas prendas nos resultan más cómodas que una braga amplia de algodón. Hasta aquí el regreso de esta ropa debería ser sinónimo de júbilo femenino generalizado, pero es imposible pasar por alto las connotaciones que tiene una ropa interior vinculada a la infancia y el look Lolita propuesto por algunas de estas marcas. Una combinación que ya ha levantado polvareda en anteriores ocasiones.
Si bien cada vez es menos frecuente toparnos en las marcas especializadas en lencería y ropa interior con aquellos conjuntos de sujetador y braga estampados con dibujos animados que reinaban hace unos años, aún en un momento en el que las tendencias abogan por una ropa íntima alejada de la infantilización y la complacencia masculina aparecen prendas que encarnan lo contrario. Las camisetas, bragas y sujetadores de color blanco repletas de calados y coronadas por un lacito que vuelven a estar de moda son un buen ejemplo de ello.
El reinado de la ropa interior básica, lisa y cómoda que invade las tiendas especializadas desde hace unos años ha permitido el nacimiento de nuevas marcas centradas en que las mujeres se sientan cómodas, sexies y guapas sin necesidad de blondas y encajes. Y aunque esta ropa interior de algodón con calados pudiera parecer que defiende los mismos valores, no podemos olvidarnos de las connotaciones 'Lolita' que implica y que incluso son escenenificadas a través de los estilismos y poses de muchas de las modelos que las lucen. Por no hablar del dichoso lazo que las corona. Ese pedacito de tela que podría parecer insignificante y que es una reminiscencia de un tiempo en el que las bragas no tenían cintura elástica y debían atarse con un cordón presentan hoy en día dos problemas: infantiliza a las mujeres al tiempo que las cosifica y provoca una diferenciación por géneros (¿acaso hemos visto alguna vez un calzoncillo con lazo?).
Algunas celebrities como Kendall Jenner o Bella Hadid ya han probado en sus carnes las supuestas bondades de las bragas de algodón con calados. Aprovechamos para señalar que la propia RAE define las bragas como una "prenda interior femenina e infantil, que cubre desde la parte inferior del tronco y tiene dos aberturas en las piernas". ¿Acaso las mujeres adultas no las llevan? Y, recuperando el inicio de este texto, volvemos a preguntarnos: ¿de verdad es necesario llevar bragas con lacito toda la vida?
