Todas las madres de las películas de ficción que han marcado un antes y un después en nuestra vida

A diferencia de las madres amorosas y protectoras que suelen aparecer en las historias infantiles, Zinnia Wormwood, madre de Matilda, parece todo lo contrario. Ella rompe moldes: juega al bingo y deja a la niña sola en casa, se preocupa – en exceso – por la apariencia, y, aunque en el fondo sí que se encuentra muy vinculada emocionalmente a la niña, durante toda la producción parece desinteresada en las necesidades emocionales y educativas de su hija, Matilda

Mary, de ET, es el ejemplo de una madre amorosa y solidaria que, a pesar de sus propios desafíos como madre soltera, muestra un amor incondicional por sus hijos. No hay duda en afirmar que nos provoca ternura: su devoción y cuidado hacia ellos, especialmente cuando Elliot comienza a comportarse de manera extraña, reflejan un amor profundo y admirable. Ella trata de mantener la estabilidad del hogar mientras lidia con el caos que el extraterrestre causa indirectamente. Merece más de un aplauso.

Norma Bates se ha convertido en un símbolo del control maternal llevado al extremo. A través de la relación de Norman con su madre, vemos cómo una figura materna puede ser asfixiante y controlar la vida de un hijo de maneras malsanas. Le impide llevar una vida alejado de ella, y relacionarse con otras mujeres, entre otras muchas cosas. Esta dinámica madre-hijo, que tiene un giro inesperado y siniestro, explora el impacto negativo que una madre tóxica puede tener en la psique de su hijo.

Sarah Connor se ha convertido en un símbolo de fuerza femenina en un género tradicionalmente dominado por hombres. En Terminator, su papel como madre protectora y guerrera implacable desafía los estereotipos de género, mostrando que las mujeres pueden ser protagonistas poderosas y complejas en películas de acción. Esta representación ha servido como inspiración para muchos otros personajes femeninos fuertes en el cine y la televisión. Además, en su papel como madre nos enseña que está dispuesta a hacer cualquier cosa para proteger a su hijo y preparar al futuro líder de la resistencia. Todo un ejemplo a seguir.

Sally Field, quien interpreta a la madre de Forrest Gump en la película homónima, es un personaje que nos ha conmovido por su amor incondicional y su inquebrantable fe en su hijo. Puede que sea una de las que más sentimientos buenos nos provocan en pantalla. Como madre soltera en el sur de los Estados Unidos, ella cría a Forrest enfrentando los desafíos que surgen debido a la discapacidad de su hijo. Ella es fundamental para el protagonista de la trama: le inspira a seguir adelante siempre, batallando las circunstancias difíciles a las que se enfrentan. Su amor y sus consejos dan forma a la perspectiva optimista de Forrest sobre la vida, y su influencia positiva le da la confianza para enfrentar el mundo y sus desafíos.

Pese a las circunstancias difíciles que atraviesa (está secuestrada con su hijo en una habitación), Joy nos deslumbra con una capacidad admirable para mantener el sentido de normalidad y fingir que no sucede nada para que su hijo no sufra. Crea juegos, rutinas y rituales para ayudarlo a comprender el mundo, a pesar de que él nunca ha salido de la habitación. En esta películas vemos cómo se esfuerza por mantener el optimismo y la esperanza para que su hijo continúe aprendiendo dentro de las cuatro paredes en las que se encuentran, mientras enfrenta los abusos del secuestrador.

Lo que nos sucede con Pamela Voorhees es amor-odio. Ella es una madre afligida por la muerte de su hijo Jason, quien se ahogó en el lago debido a la negligencia de los consejeros de un campamento. Su dolor se convierte en furia, y su deseo de venganza la lleva a asesinar a cualquiera que se atreva a reabrir el campamento. Esta motivación emocional hace que su personaje sea comprensible en cierto sentido, aunque sus acciones sean horribles. Como madre, siente que debe vengar la muerte de su hijo y asegurar que no se repita la misma negligencia.